Después de haber sufrido un accidente de tráfico, es normal que la aseguradora te diga que debe conocer el valor de afección de tu vehículo para poder determinar la indemnización correspondiente.
Y, aunque esta sea una de las pocas veces que hayas oído hablar de él, este concepto tan poco conocido tiene un fuerte impacto en la compensación económica que puedes recibir como propietario de un coche o moto que ha sufrido un siniestro total.
A lo largo de este artículo vamos a desgranar todo lo que necesitas saber sobre el valor de afección.
Quédate para conocerlo.
Tabla de contenidos
El valor de afección se refiere al "plus" que se añade al valor venal de un coche tras un siniestro total, cuando se opta por una indemnización en lugar de la reparación.
A continuación, vamos a profundizar más en él y en las diferencias que tiene con el valor venal porque, en ocasiones y, sobre todo, cuando no se cuenta con un abogado especialista en accidentes de tráfico, se pueden cometer errores y confusiones relacionados con estos dos términos.
Como te habrás podido imaginar, estos dos conceptos están muy unidos.
Y es que el valor de afección entra en juego cuando el coste de la reparación del vehículo supera el límite económico que la aseguradora considera viable.
En este caso, se declara siniestro total al vehículo y, entonces, el propietario recibe una indemnización que incluye tanto el valor venal como un porcentaje adicional correspondiente al valor de afección.
Mientras que el valor venal se refiere al valor de mercado que tendría el vehículo justo antes del accidente, el valor de afección es un incremento subjetivo de ese valor, y se basa en la relevancia personal que el vehículo tiene para su dueño.
A diferencia del valor venal, que es un valor objetivo que se calcula en tablas oficiales, el valor de afección es subjetivo, ya que se relaciona con el apego emocional o la utilidad particular que el vehículo tiene para su propietario.
Además del valor de afección, hay otros valores importantes a considerar en la valoración del siniestro total de un coche:
Determinar el valor de afección depende de varios criterios, que en su mayoría son subjetivos y varían de un caso a otro.
Sin embargo, la jurisprudencia ha establecido algunas pautas generales que se deben tener en cuenta y que te contamos a continuación.
Las características específicas del vehículo, como su antigüedad, estado de mantenimiento, y cualquier mejora o personalización, juegan un papel determinante en el cálculo del valor de afección.
Un coche bien cuidado y que se ha mejorado con el tiempo puede tener un valor de afección más alto que uno en peor estado.
El coste de reparación también influye en la valoración del siniestro total de un coche.
Si la reparación es antieconómica, es decir, si supera el valor venal del vehículo, la indemnización incluirá el valor venal más un porcentaje por el valor de afección.
Esto se hace, sobre todo, para que el propietario pueda adquirir un coche parecido pero sin tener que incurrir en pérdidas.
Aunque el dueño puede optar por la reparación de su vehículo, existen límites establecidos por la normativa y la jurisprudencia. Estos incluyen:
Al momento de producirse el accidente y cuando un vehículo se declara siniestro total, los restos se pueden gestionar de diferentes maneras.
Por un lado, la aseguradora puede hacerse cargo de los restos, descontando su valor de la indemnización total.
Aunque, también, el propietario puede optar por quedarse con los restos, el único inconveniente a este segundo punto es que la indemnización que pueda recibir se reducirá.
